Cómo no apreciar las bocanadas de aire ozonificado que nos cargan de pureza ?
Por qué no salir y dejarse empapar por la ducha celeste,
olvidarse de los años que nos pesan y saltar de nuevo en los charcos.
Y reir,
no parar de reir hasta que los relámpagos congelen nuestras alegres facciones.
ches.
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