Noches frías de abrasadora sensación,
intensos neones impiden ver
calles vacías llenas de gente
y gritos sordos vacíos de intenciones.
Pasión y ardor que enfrían el ser
cual metal afilado hurgando en las entrañas.
este espacio se lo debo a mi compañero Juan Bartolexis que un día me dijo: "por que no escribes todo eso que te pasa por la cabeza ?". Desde aquel día trato de plasmar a través de la pluma todo lo que llega a mi alma y pide a gritos ser expresado, para que nunca más vuelva a quedarse atrapado.