Hay un cuerpo dando vueltas en la cocina,
no sangra, no late, solo gira ...
busca dentro,
pero el eco de las últimas palabras pronunciadas
llenan su boca de ese familiar sabor a bilis.
Ahora toca levantarse y reiniciar,
las ataduras son tan fuertes,
su reflefo en el cristal tan opaco,
su mirada tan confundida . . .
ches
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