viernes, 25 de noviembre de 2011

El elefante patoso, el cocodrilo llorón y el valiente león

El elefante patoso, el cocodrilo llorón y el valiente león, eran grandes amigos y les gustaba pasar tardes enteras sentados tomando el sol a la orilla del río, pues al cocodrilo no le gustaba alejarse de su elemento natural que era el agua, si alguna vez se alejaba pues se ponía a llorar y llorar y al final tanto lloraba que sus lágrimas formaban otro río. Al elefante le encantaba jugar, pero siempre le convencían para estarse quieto y bien sentadito por que era tan torpe, pero tan torpe, que cuando jugaba en la sabana se chocaba con todo el mundo y tropezaba sin parar con los árboles.

Pues así estaban pasando la tarde cuando escucharon llegar cerca al mono, el cual no paraba de gritar y agitar las manos, algo muy común en él por otro lado, pero esta vez contaba algo muy serio.

-          “han cogido a la hermana cebra y a nuestro amigo el ñu” – dijo con la voz entrecortada.
-          ¿Y quien se los llevó?- preguntó el león.
-          Unos animales que caminan sobre dos patas, llevan telas para tapar su cuerpo, y tienen un instrumento que lanza rayos por un tubo que hacen mucho daño- contestó el mono.
-          Hay que ir a rescatarlos- aventuró el elefante.

Entonces todos los animales se enfrascaron en una gran discusión, no se ponían de acuerdo, algunos no se creían la historia que había contado el hermano mono, otros sen embargo sí se la creían y estaban enormemente asustados.

-          Yo si he oído hablar de esos animales- dijo el león y continuo- humanos, creo que se llaman, son listos, pero despiadados. Creo que deberíamos acercarnos a su refugio, pero deberíamos hacerlo de noche y así liberar a nuestros amigos.
-          Estoy de acuerdo contigo – se entusiasmo el elefante pensando que al fin tendría algo de diversión.
-          Yo no voy con vosotros, no puedo separarme de mi río –dijo el cocodrilo- estaría perdido- y se puso a llorar.
-          No te preocupes, el refugio de los humanos está en una orilla, aguas abajo, y por favor piénsatelo bien, nos serías de gran ayuda- le suplicó el león al cocodrilo.

El cocodrilo asintió con la cabeza pero continuó llorando. Y así se conformó el grupo de rescate, irían los tres amigos.

Esa misma noche, nada mas caer el sol, partieron río abajo buscando el refugio humano. Cuando llevaban un par de horas de camino, divisaron una extraña montaña blanca en medio de la sabana, cuando se acercaron constataron que no era una montaña, sino una construcción humana con muros blancos y muy pero que muy alta. En la puerta del recinto había un cartel con la palabra escrita “HOTEL PARA SAFARIS”, ninguno de los tres sabían lo que significaba, pero nosotros si sabemos que los hoteles para safaris, son refugios de cazadores de animales, donde se ocultan de noche para durante el día salir a cazar y matar animales.
Sin saber esto nuestros tres amigos se acercaron al refugio. El cocodrilo les suplicó que lo dejaran allí, que el vigilaba desde la orilla, el león y el elefante asintieron. El elefante le dijo al león que mejor buscar una puerta por la parte de atrás, porque a lo mejor la puerta principal tendría vigilantes. Así pues rodearon la construcción y encontraron una puerta que estaba abierta. El león dijo:

-          Yo entraré primero y cuando te avise entra tú.
-          De acuerdo, pero date prisa que estoy impaciente- le contestó el elefante.

El león, se acercó sigilosamente a la puerta, la abrió y se quedó un rato escuchando por si había problemas, luego miró hacia dentro pero no pudo ver nada, todo estaba en la más completa oscuridad. Entonces el elefante no aguantó más y empujando a su amigo a un lado, entró gritando:

-          Ya no aguanto mas, entremos y demos una lección a esos humanos.
-          Upss, ten cuidado que no sabemos lo que puede haber hay dentro….-pero no tubo tiempo a mas.

Por que en realidad estaban en la puerta de la cocina, y el elefante nada más cruzar el umbral de la puerta, tropezó con una enorme pila de ollas, cacerolas y otros enseres de cocina,  que allí estaban amontonados. El estruendo fue tal que retumbó en toda la sabana, las ollas salieron despedidas por los aires, las sartenes volaron hasta las ventanas rompiendo los vidrios de las mismas, las cacerolas sonaban y sonaban y no paraban de sonar….Esto despertó al los humanos que alarmados bajaron en pijama  a ver que pasaba en su cocina. Atónitos y sorprendidos se quedaron al ver tremendo espectáculo. Un enorme y torpe elefante se peleaba con las ollas y cacerolas, se caía, aplastaba platos, intentaba levantarse, pero patinaba con las cosas esparcidas por el suelo perdiendo el equilibrio y entonces volvía a caer armando gran alboroto y lanzando todo por los aires….

-          Todos fuera de la cocina, o este elefante loco nos matará de un cacerolazo en la cabeza o un sartenazo en la cara. Subamos por los rifles y matémoslo- gritaba el que parecía el jefe de los humanos.
-          Si a por las armas y matémoslo- gritaban todos a una.

Pero cuando se giraron para salir por la puerta se encontraron con un gigantesco león enfurecido, con sus fauces abiertas y rugiendo con todas las fuerzas que tenía, los hombres se asustaron mucho al ver al león, mas aún al ver el tamaño de aquellos colmillos, y mas aún si cabe al escuchar aquel tremendo y ensordecedor rugido que les puso a todos los pelos de punta.

-         !!  por la ventana !!, saldremos por la ventana que da al río- dijo el jefe de los humanos.

Y todos a una saltaron por la ventana y cayeron en el río. Debido a la confusión y a que era una noche muy oscura, los hombres no sabían donde estaban, ni hacia donde tenían que ir. Entonces desde la orilla escucharon primero un sollozo y luego mas claramente un llanto. Entonces el jefe dijo:

-          tranquilos amigos, hay uno de los nuestros en la orilla, y está llorando por que piensa que hemos muerto todos, pidámosle ayuda pues se alegrará de vernos vivos.
-          Amigo no llores, nos hemos salvado todos – dijo uno de los hombres- ayúdanos a salir y vayamos por las armas para matar a ese elefante y a ese maldito león.
-         Así que queréis matar a mis amigos, pues os vais a enterar- dijo el cocodrilo que era quien estaba en la orilla llorando.

Rápidamente bajó y se dedicó a perseguir a los humanos mordiéndoles el culo a todos, hasta que  los expulsó de allí, estos se fueron tan asustados que jamás osaron volver por allí.

Todos los animales acudieron a felicitar a los tres amigos y cuando llegaron se los encontraron bañándose en la piscina y comiéndose todos los restos de comida que los humanos habían dejado al salir huyendo.

Y es por esta historia que desde aquel día en la sabana, cuando alguien llora sin motivo aparente se dice  que “derrama lágrimas de cocodrilo”,
Y cuando uno es muy patoso y entra en los sitios tropezando y rompiendo las cosas por no tener cuidado, se dice que  entra como un elefante en una cacharrería”,
Y desde ese día se dice en la sabana que cuando uno no tiene miedo a nada, y lucha por salvar a sus amigos “tiene la valentía de un león


Se lo prometí a Xoel hace un par de semanas ya, lo escribí el viernes pasado, hace ya una semana. Ese mismo día se lo conté al acostarnos, pero no se cuanto le pudo gustar, pues antes de acabarlo ya le escuché ese profundo respirar que indica que ha caido en el reino de Morfeo. Hoy lo volveré a probar, espero que a alguien mas le pueda gustar.

Con todo mi cariño, Ches.

No hay comentarios:

Publicar un comentario