jueves, 18 de agosto de 2011

Mi trinchera

A través de la ventana escucho la quietud nocturna en la lejanía,
ciudad cansada por el fuego vespertino y el estrés vecinal.
Una brisa fresca y renovada por las sombras,
disfraza de fantasmas risueños las cortinas del ventanal.
Esperando la madrugada con mi pluma cargada.
Ahora no estoy triste,
tampoco la alegría inunda mi ser,
pero los años y la experiencia me han vuelto paciente
y en mi trinchera literaria espero con tranquilidad
un nuevo amanecer.
Y si me puede el sueño,
me dejo llevar por Morfeo,
pues descansar un poco también sería de agradecer.

ches

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